Estado de flujo
El momento presente es el resultado de incontables momentos presentes, de incontables
decisiones. No hemos acabado aquí y ahora por casualidad, hay una casi infinita cadena
de sucesos que precede este instante. Y en esta cadena se repite un patrón; hay una
constante: Querer llegar al futuro. Un futuro incierto muchas veces, pero ansiosamente
anhelado. ¿Realmente es inevitable? Hay un investigador que ha consagrado su vida a
investigar los factores que influyen en una felicidad duradera. En vez de investigar cómo
huir de la ansiedad, trató de encontrar algo que eleve a las personas por encima de
cualquier emoción negativa. En esa investigación se topó con un fenómeno que al parecer
hacía inmensamente feliz al que lo experimentaba, y lo llamó: Flow o flujo en español.
Definición de ”Flujo”: FLOW (fluir): estado en el que te encuentras cuando realizas una
actividad que te supone un reto, con unas metas claras y un grado de dificultad accesible,
y debes utilizar tus capacidades de forma competente para llegar a obtener éxito en la
tarea.
Vio que tanto deportistas, como artistas, como científicos, experimentaban una inspiración
que hacía que se olvidaran de sí mismos y del tiempo mientras llevaban a cabo la tarea.
Era como si los poseyera un espíritu que hacía la tarea por ellos. Imaginación ilimitada.
En ese estado no existía otra cosa aparte del presente y ese presente llenaba todo el
espacio de forma que no había espacio para otra cosa. En este estado han entrado
muchos de los científicos más importantes de la historia, por ejemplo, Nikola Tesla, que
para el que no lo sepa se dice que es ‘’el hombre que inventó el siglo XX’’, ni más ni
menos. En algunas ocasiones estuvo unos tres días sin dormir y sin apenas comer. En
ese estado se gastan pocas calorías porque apenas hay esfuerzo. Esto llamó mucho la
atención a los investigadores del flujo. Y es que no tiene nada que ver con un esfuerzo
titánico, sino todo lo contrario. De hecho no es casualidad que lo llamaran ‘’flujo’’, la
mayoría de entrevistados que lo experimentaron comparaban la sensación con ‘’ser
llevado por una corriente hacia delante’’. En el otro lado de la moneda, se ha averiguado
que las personas más profundamente infelices muy rara vez están totalmente presentes.
Las más colosales obras humanas como la capilla Sixtina, se acabaron en tiempos
anormalmente reducidos, lo cual nos dice que probablemente el autor estaba una gran
parte del tiempo en flujo. La gente que inspira no es otra cosa que la gente que
experimenta el estado de flujo con cierta frecuencia. Y el estado de flujo es el resultado de
estar intensamente presente y estar plenamente motivado para una tarea en la que tienes
un muy elevado dominio.
Todos tenemos una actividad con la que entramos en flujo, aunque quizá no la hemos
descubierto. Algunas son de estar al aire libre, y ahora no es viable, pero hay muchas
otras que no implican salir de casa: Una partida de ajedrez, leer un libro que de verdad
nos guste, escribir poesía o alguna ficción, debatir, e incluso jugar a algún videojuego que
requiera de pericia (como demuestra Daniel Goleman en su libro ”Focus”).
Si aún no has encontrado ninguna actividad, trata de averiguar qué te gusta y además se
te dá bien. Y ahora que tienes todo el tiempo del mundo sumérgete en ello como nunca
antes lo has hecho. Quizá te sorprendas…
Si sufres de ansiedad o depresión, y en una intensidad elevada, quizá estés demasiado
bloqueado como para poder centrarte en una tarea que disfrutes con el ahínco que exige
el entrar en flujo. En ese caso, consultar a un psicólogo resulta muy útil. No solo puede
ayudarte a salir de ahí (de los bucles de anticipación en el caso de la ansiedad, y en los
bucles de la rumiación en el caso de la depresión), sino también a encontrar dentro de ti
los recursos para poder entrar en flujo frecuentemente.

Ruben Vazquez Espada.
(Licenciado en Psicologia)
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